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lunes, 29 de octubre de 2018

Jornada 3 del Alpacas Balompié

Aunque hacía frío, se fueron calentitos


  • Un contundente resultado adverso tumba otro intento del Alpacas Balompié por puntuar.
  • Alpacas Balompié - Rocknrolla C.F.: 0-1 min. 6; 0-2 min. 8; 0-3 min. 14; 0-4 min. 22; 1-4 min. 25 (O. Colchero); 1-5 min. 28: 1-6 min. 35; 1-7 min. 37; 1-8 min. 40.



De arriba a abajo y de izquierda a derecha: Cano (1), Marín (13) , Parra [Cap] (2), Colchero (20), A. Saura (4), Cárceles (Ent.), Pascual (9), Montoya (5), P. Saura (14), Aguado (8), Pérez-Martínez (7) y Martínez (10).

Siete de inicio: 1. Andrés Cano (POR), 2. Álvaro Parra [CAP], 5. Pablo Montoya, 8. Julián Aguado (DEF), 14. Pedro Saura, 20. Oliver Colchero (MED) y 9. Raúl Pascual (DEL).

Suplentes: 13. Carmelo Marín (POR), 10. Antonio Martínez (DEF), 7. Rafael Pérez-Martínez (MED) y 4. Alberto Saura (DEL).


Entrenador: Alberto Cárceles



En una jornada marcada por el cambio de hora y que vino acompañada de una bajada considerable de las temperaturas, se esperaba con entusiasmo el tercer partido del Alpacas Balompié. El equipo se enfrentaba en casa al cuarto clasificado de esta Mini Football League y el estadio lo sabía: batía con suficiencia la asistencia de espectadores, que batallaron contra el frío del domingo con abrigos, bufandas y algún que otro poncho.

Coach Cárceles apostó nuevamente por una formación 3-2-1, que tan buenas sensaciones y juego había dejado en el campo durante la segunda mitad de la anterior jornada. Esta vez, sin embargo, el equipo se vio sobrepasado de principio a fin por un gran juego de control del Rocknrolla, muy superior.


Los goles visitantes llegaron pronto y en los primeros 10 minutos de partido ya controlaban el marcador con un aventajado 0-2, lo que alarmaba al banquillo. Y se propusieron alternativas; Alberto Saura entró por su hermano Pedro para aportar nuevas ideas en el mediocentro, ante el incesante asedio de los rivales. Persiguiendo sombras en forma de contrarios, las opciones no asomaban. Apenas ponía el Alpacas un balón más allá de la línea de medio campo, la defensa del Rocknrolla, correctamente posicionada, impedía el juego de los locales. Y en uno de esos cortes llegó el tercero, cuando una contra superaba a la defensa y colocaba el balón en la esquina derecha de la red. 


Eso sí, el equipo no se venía abajo, y tras unos primeros minutos nefastos se lanzaba al ataque por primera vez en todo el partido. Tras forzar un córner en la esquina derecha, Martínez, recién entrado en el terreno de juego por nuestro capitán, remataba un balón que se marchaba arriba por muy poco. La grada arengaba a los locales y Pascual notaba ese impulso extra: disparaba dos veces contra la portería, pero la primera parada del portero y posterior despeje del central impedían un tanto que habría sido oxígeno para los alpaqueños. 


Remate del delantero del Rocknrolla ante Marín (POR) y Martínez (DEF).

Tras estas buenas acciones, el equipo volvía a la realidad. El rival cargaba con fuerza y despertaba del letargo a los jugadores locales. Varias acciones ofensivas acabaron en remates atajados por Cano, que abortaba lo que habría sido un gol maravilloso por la escuadra con una buena estirada. El guardameta defendía la portería a conciencia, sabiendo que si el equipo recibía otro golpe, ya no se levantaría de la lona. 


Así llegaba el pitido del árbitro, y con él, el final del primer tiempo. Con el mismo resultado desfavorable que la semana pasada (0-3), el equipo ya había tocado la tecla necesaria para mejorar su juego ante el Ravens F.C. y anotarle dos goles. Por ello, el equipo salió concentrado y plantó cara, aunque esta vez solo duró cinco minutos. La doble M y Aguado interceptaban las intentos rivales de llegar al área, aunque arriba seguía faltando pegada.


Así, sin respuestas en la delantera, las fórmulas mágicas no funcionaron y el equipo sufrió de lo lindo. Parra entraba por Martínez pero no impedía el cuarto de los rivales. El Rocknrolla jugaba con un dominio claro del partido, sabiendo que lo tenía bien atado. Su experiencia como club la temporada anterior se dejaba notar. 

Únicamente cometieron un error en todo el partido: tras un saque de portería, el defensa rival, al que el guardameta le había cedido el balón, erraba al devolverle la pelota y Alberto Saura, nuevamente en el campo, anticipaba el esférico y disparaba en un mano a mano que despejaba el portero. Colchero se encontraba con el rechace y su disparo, que golpeaba antes en la espalda de un rival, entraba de rebote en la portería del Rocknrolla. 

Breve momento de alegría. A partir de ahí, el monólogo de los rivales se hizo hasta pesado. La ofensiva sin miramientos intentaba perforar la portería local una y otra vez. Los defensas alpaqueños despejaban como podían pero los rivales terminaban encontrando el espacio necesario para que los goles subieran al marcador. El quinto, el sexto, el séptimo... No se encontraron más soluciones. Solo un despeje y un amago por salir en largo forzaban un saque de esquina, que fue lo único que consiguió el equipo en los últimos minutos del partido, antes de que los delanteros del Rocknrolla anotaran al contraataque el octavo tanto, casi a la par que el colegiado hacía sonar su silbato.


Sigue sin puntuar en esta liga el Alpacas Balompié. Y ya van tres jornadas. El equipo ha de espabilar para conseguir remontar este déficit goleador que ronda en el conjunto verdiblanco e ir escalando por una tabla en la que, por el momento, colistas. La semana próxima, espera el Murcia Imperium C.F., a priori un equipo asequible de mitad de tabla, del cual se espera robar a domicilio unos puntos que se necesitan como el agua.

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