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domingo, 21 de octubre de 2018

Segunda piedra en el camino del Alpacas Balompié

 

Sobraron 5 minutos

  • El Alpacas Balompié sufre su segunda derrota consecutiva en la liga aficionada de fútbol 7. 
  • Las sensaciones, pese a todo, auguran buen juego conforme el equipo imponga su estilo.
  • Ravens F.C. - Alpacas Balompié (goles): 1 - 0 min. 4; 2 - 0 min. 5; 3 - 0 min. 19; 3 - 1 min. 23 (R. Pascual); 3 - 2 min. 39 (P. Saura)

Inicio de la segunda jornada liguera.


Siete de inicio: 13. Carmelo Marín (POR), 2. Álvaro Parra [CAP], 10. Antonio Martínez (DEF), 14. Pedro Saura, 20. Oliver Colchero, 7. Rafael Pérez- Martínez (MED) y 4. Alberto Saura (DEL).

Suplentes: 1. Andrés Cano (POR), 5. Pablo Montoya (DEF) y 9. Raúl Pascual (DEL).

Entrenador: Alberto Cárceles 

Tras la derrota inaugural por la mínima, el Alpacas Balompié llegaba al segundo encuentro liguero con ganas de mostrar su mejor versión en este inicio de temporada. El prepartido ya se ambientaba complicado, pues la baja a última hora por enfermedad de Aguado condicionaba al equipo a dejar prácticamente todo el peso del mediocentro a Pedro Saura.

El menor de los hermanos Saura, Alberto, aparecía por primera vez en el 7 inicial esta temporada relegando al banquillo al delantero Pascual. Asimismo, Montoya cedía la titularidad al capitán del equipo,Álvaro Parra, y la plaza vacante de Aguado era cubierta por Pérez-Martínez. 

Con el pitido que indicaba el comienzo del encuentro y con una formación 2-3-1, el equipo se vio superado sobremanera a las primeras de cambio. Poca fluidez en el medio del campo. Este error en el planteamiento inicial, con dos pérdidas apenas pasado el centro del campo tras intentar una adecuada conexión con las puntas del tridente, llevaron a sendas contras de los delanteros del Ravens, que no perdonaron. Dos goles calcados. A remar a contracorriente desde el inicio. 

A partir de ese momento, el conjunto entrenado por Alberto Cárceles corrigió su posición defensiva con tres centrales en vez de dos. Este cambio en el paradigma del juego permitió al Ravens F.C. controlar más la posesión, aunque la mayor solidez defensiva de los verdiblancos, con posibilidades de salir a la contra, subsanaron este déficit con el balón.

El equipo se sentía más y más cómodo por momentos y de la mano de un gran Colchero atacaba la portería contraria. Sin embargo, se aparecían los fantasmas de la jornada previa: los tiros no iban entre los tres palos. Solo tras un saque de esquina botado por Pedro Saura y rematado por Raúl, impactaba el esférico en el poste. Eso sí, desviado antes por un defensa rival.

Ya con un partido más controlado que en los primeros minutos, de nuevo los jugadores del Alpacas se dejaron llevar por la euforia y sus centrales subieron a rematar un córner. El fallo en el remate permitía de nuevo una ofensiva rápida del equipo rival, que con tres escasos pases llegaba a la portería de Marín, batiéndole de nuevo.

Raúl Pascual, delantero del Alpacas Balompié, anota el 3-1.
A partir de ese momento el equipo, que podría haber bajado los brazos, se rehizo tras la entrada en el terreno de juego de Pascual y Montoya. El combinado recobró fuerzas, lo que permitió finalizar la primera parte de la mejor forma posible. Una cabalgada de más de medio campo de Pascual dejaba al delantero en una posición de remate franco a portería rival, que aprovechó para encañonar la portería rival e insuflar fuerza extra a su equipo para el segundo tiempo.

La arenga del equipo en el descanso permitió solventar todos los fallos del inicio. Los alpaqueños no volvieron a cometer errores de ningún tipo: la defensa cortaba casi todos los balones más allá de la frontal del área de su portero y los disparos que conseguían llegar a los dominios de Marín eran atajados por el arquero, muy sólido e inmaculado durante la segunda parte. Mejores sensaciones.

Los minutos pasaban inexorablemente y el equipo no terminaba de afinar la puntería. El punto de mira parecía desviado y pese a las buenas llegadas por las bandas, los tiros de Pérez-Martínez y Cano, que entró como jugador en la segunda mitad, se marchaban desviados. No cesaban las oportunidades, y esta vez era Colchero quien, en internada desde la banda izquierda, se quedaba solo contra el portero, aunque muy escorado, lo que le impedía disparar con peligro. 

Según transcurría la segunda mitad, el partido se iba abriendo cada vez más y las llegadas del Ravens hacían saltar las alarmas por momentos. Una y otra vez, pese a todo, la doble M se encargaba de que los balones fueran repelidos. En uno de esos rechaces, Pedro Saura mandaba un balón largo a Pascual, que llegaba de nuevo a las inmediaciones del área rival, aunque muy solo y sin opciones, cerrado por la defensa del Ravens. 

Internada de Pérez-Martínez cerca del área del Ravens F.C.
El equipo lo seguía intentando, y tras varios intentos más la suerte acabó llamando a la puerta. Tras otro remate, errado esta vez por Alberto Saura, el balón salía por línea de fondo en forma de saque de portería para el guardameta del Ravens, que puso el balón en corto. La presión de los visitantes propició en es momento el robo de Pedro Saura, que batía al arquero en un mano a mano y silenciaba así las gradas del estadio universitario a diez minutos del final.

Con el saque de centro de los rivales, el club alpaqueño intensificó la presión, forzando pérdidas del rival. Era un momento de inflexión en el encuentro... pero salió mal: Colchero entraba con excesiva fuerza a un contrario y se ganaba la expulsión durante dos minutos a menos de cinco para la finalización del encuentro. El equipo verdiblanco tuvo que replegarse para no encajar el cuarto ante la superioridad numérica del contrario, como consecuencia.

Y aguantaron bien, con varias intervenciones de los centrales y un par de atajadas de un guardameta pletórico y muy seguro en los balones a media altura. Mientras el equipo rival botaba un saque de esquina regresaba Colchero a la pista, y con el la igualdad numérica. El equipo arremetía su última ofensiva a duras penas. El cansancio se mostraba latente y el último pase no llegó a las botas del delantero Pascual como hubiera debido para generar peligroa. El ataque yermo del Alpacas Balompié coincidía con el pitido final del árbitro, dando así por finalizado el encuentro.

La anécdota del partido la marcaron los petos fosforitos con los que el Alpacas, visitante, tuvo que jugar por no haberles llegado aún la segunda equipación. Falló la logística. Se les perdona. Ganaron en fúbol tras una semana de duros entrenamientos. "A la tercera va la vencida".  Palabra de alpaca; palabra de capitán.


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